En muchos pasajes de la Biblia, se nos muestran actitudes de Jesús en determinados momentos; estas son claves para entender el camino de Jesús y conocerlo más, conocer su actitud de de servicio, de desprendimiento y entrega a quien más lo necesita.
También Jesús tenía una actitud alegre, alegría que debe ser parte de cada uno de nosotros los jóvenes, es decir que en la persona que sigue a Cristo, no cabe la tristeza, a veces e difícil, mantenerla todo el tiempo, pero hay que recordar que todos somos reflejo de Dios y si estamos tristes, lo único que irradiaremos a los demás será tristeza, apatía.
Por ejemplo en el matrimonio que se celebraba en Caná. Jesús está con su pueblo en una fiesta divirtiéndose como hombre. Sabe que la voluntad de Dios, es que la alegría no termine y que debe ser El, el servidor de los novios y de la familia, asimismo, muestra una actitud obediente a su Madre, cuando le pide convierta el agua en vino.
Por ejemplo en las curaciones, Jesús tenía una actitud de ayudar, paciente, siempre a todos los que se acercaban a El a pedirle sanación y curación. Jesús nunca decía no a alguien que se acercaba con fe a El, siempre estaba dispuesto, no era vanidoso y se vanagloriaba de los milagros que hacía, todo lo contrario no buscaba los méritos ni que lo elogiaran, era manso y auténticamente humilde: “Sepan que el Hijo del Hombre no ha venido para ser servido sino para servir y dar su vida como rescate por una muchedumbre” (Mc.10,45)
Pero no significaba, que no tuviera una actitud firme y decidida, frente a la hipocresía. El era firme con sus ideas, sobre todo cuando tenía contacto con los fariseos.
Todas estas actitudes de Jesús respondían a que El siempre tenía una vinculación con el Padre, era atento, amoroso, su vida fue de oración continua. Jesús acudía a su Padre para las decisiones más importantes y le obedecía en todo, ofrecía su jornada a Dios. ¿Cómo estamos nosotros con nuestra relación a Dios? ¿Cómo Jesús, consultamos nuestras decisiones importantes de nuestra vida a El?
Jesús con su ejemplo, nos invita a vivir según su propia vida, haciendo nuestras sus cualidades.
Es todo un reto, no es tarea fácil, pero tenemos que pensar que en nuestra vida, no solo debemos confiar en nuestras fuerzas, sino que contamos con el Padre, para que en El, encontremos la fuerza, para llevar una vida diferente, una vida que sea reflejo, de alegría, de esperanza para todos los que nos rodean, sobre todo los más cercanos, ya que es ahí donde encontramos a Cristo.
También Jesús tenía una actitud alegre, alegría que debe ser parte de cada uno de nosotros los jóvenes, es decir que en la persona que sigue a Cristo, no cabe la tristeza, a veces e difícil, mantenerla todo el tiempo, pero hay que recordar que todos somos reflejo de Dios y si estamos tristes, lo único que irradiaremos a los demás será tristeza, apatía.
Por ejemplo en el matrimonio que se celebraba en Caná. Jesús está con su pueblo en una fiesta divirtiéndose como hombre. Sabe que la voluntad de Dios, es que la alegría no termine y que debe ser El, el servidor de los novios y de la familia, asimismo, muestra una actitud obediente a su Madre, cuando le pide convierta el agua en vino.
Por ejemplo en las curaciones, Jesús tenía una actitud de ayudar, paciente, siempre a todos los que se acercaban a El a pedirle sanación y curación. Jesús nunca decía no a alguien que se acercaba con fe a El, siempre estaba dispuesto, no era vanidoso y se vanagloriaba de los milagros que hacía, todo lo contrario no buscaba los méritos ni que lo elogiaran, era manso y auténticamente humilde: “Sepan que el Hijo del Hombre no ha venido para ser servido sino para servir y dar su vida como rescate por una muchedumbre” (Mc.10,45)
Pero no significaba, que no tuviera una actitud firme y decidida, frente a la hipocresía. El era firme con sus ideas, sobre todo cuando tenía contacto con los fariseos.
Todas estas actitudes de Jesús respondían a que El siempre tenía una vinculación con el Padre, era atento, amoroso, su vida fue de oración continua. Jesús acudía a su Padre para las decisiones más importantes y le obedecía en todo, ofrecía su jornada a Dios. ¿Cómo estamos nosotros con nuestra relación a Dios? ¿Cómo Jesús, consultamos nuestras decisiones importantes de nuestra vida a El?
Jesús con su ejemplo, nos invita a vivir según su propia vida, haciendo nuestras sus cualidades.
Es todo un reto, no es tarea fácil, pero tenemos que pensar que en nuestra vida, no solo debemos confiar en nuestras fuerzas, sino que contamos con el Padre, para que en El, encontremos la fuerza, para llevar una vida diferente, una vida que sea reflejo, de alegría, de esperanza para todos los que nos rodean, sobre todo los más cercanos, ya que es ahí donde encontramos a Cristo.
